quarta-feira, 13 de fevereiro de 2013

10 caracteres do ecossocialismo segundo Jorge Riechmann



Eis uma magnífica definiçom do ecossocialismo a cargo de Jorge Riechmann, escritor e professor na UAM. Lida aqui (e descuberta em Rebelion.org graças aos companheiros de Espaço Ecosocialista). Gosto de todo o texto, mas em particular o de "socialismo homeostático" parece-me todo um acerto terminológico.

"Para una caracterización del ecosocialismo en diez rasgos"

1.
Frente al nihilismo contemporáneo, el ecosocialismo propugna una moral igualitaria basada en valores universales, arrancando en el primero de ellos: la dignidad humana. Más allá de la moral capitalista de poseer y consumir, más allá de su moral, la nuestra: vincularse y compartir. El pensador marxista franco-brasileño Michael Löwy, uno de los teóricos del ecosocialismo moderno, ha argumentado la necesidad de una ética ecosocialista con los siguientes rasgos: social, igualitaria, solidaria, democrática, radical y responsable.

2. Frente a la deriva biocida de las sociedades contemporáneas, el ecosocialismo apuesta por vivir en esta Tierra, “haciendo las paces” con la naturaleza. El socialismo, como sistema social y como modo de producción (sobre la base de la producción industrial), se define esencialmente por las condiciones de que el trabajo deja de ser una mercancía, y la economía se pone al servicio de la satisfacción igualitaria de las necesidades humanas. El valor de uso ha de dominar sobre el valor de cambio: esto es, la economía ha de orientarse a la satisfacción de las necesidades humanas (y no a la acumulación de capital). El ecosocialismo añade a las condiciones anteriores la de sustentabilidad: modo de producción y organización social cambian para llegar a ser ecológicamente sostenibles. (No mercantilizar los factores de producción –naturaleza, trabajo y capital—, o desmercantilizarlos, es la orientación que un gran antropólogo económico como Karl Polanyi sugirió en La Gran Transformación).

3. Frente a la pérdida de horizonte alternativo (tanta gente que ya sólo concibe la vida humana como compraventa de mercancías), el ecosocialismo es anticapitalista en múltiples dimensiones, incluyendo la cultural, y está comprometido con la elaboración de una cultura alternativa “amiga de la Tierra”. Hablaremos de “socialismo” en el sentido propio e histórico del término, un socialismo radicalmente crítico del capitalismo que busca sustituirlo por un orden sociopolítico más justo (y hoy hay que añadir: que sea sustentable o sostenible). No nos referimos, por tanto, a la profunda degeneración de la corriente política socialdemócrata que ha terminado desembocando en partidos políticos nominalmente “socialistas” aunque practiquen políticas neoliberales.

4. Frente a la tentación de refugiarse en los márgenes, el ecosocialismo mantiene la lucha por la transformación del Estado. Me impresionó, hace no mucho, un artículo de Ignacio Sotelo donde, tras decretar la inviabilidad de la revolución –“mitología decimonónica de una clase obrera supuestamente revolucionaria”− y también de la mera reforma –ya que “la rebelión y la protesta no van a cambiar el capitalismo financiero establecido”-- el catedrático de sociología –que se supone representa de alguna manera la izquierda del PSOE, no lo olvidemos− concluye que “no queda otra salida que trasladarse a otro país –la emigración vuelve a ser el destino de muchos españoles– o bien encontrar acomodo en la economía alternativa, saliéndose del sistema” . Es llamativa la coincidencia de esa propuesta de supervivencia en los márgenes, altamente funcional al desorden establecido, con la tentación de una parte considerable de los movimientos alternativos indignados: organicémonos por nuestra cuenta al margen del Estado (si destruyen la sanidad pública, creemos cooperativas de salud autogestionadas, etc.). Frente a esa tentación, el ecosocialismo afirma: no renunciamos a la transformación del Estado, de manera que llegue a ser alguna vez de verdad social, democrático y de Derecho.

5. Frente a la dictadura del capital que se endurece a medida que progresa la globalización, el ecosocialismo defiende la democracia a todos los niveles. Desmercantilizar, decíamos antes: y también democratizar. El ecosocialismo trata de avanzar hacia una sociedad donde las grandes decisiones sobre producción y consumo sean tomadas democráticamente por el conjunto de los ciudadanos y ciudadanas, de acuerdo con criterios sociales y ecológicos que se sitúen más allá de la competición mercantil y la búsqueda de beneficios privados. 

6. Frente al patriarcado, ecofeminismo crítico. Como ha señalado Alicia Puleo, el ecofeminismo no se reduce a una simple voluntad feminista de gestionar mejor los recursos naturales, sino que exige la revisión crítica de una serie de dualismos que subyacen a la persistencia de la desigualdad entre los sexos y a la actual crisis ecológica. El análisis feminista de las oposiciones naturaleza/ cultura, mujer/ varón, animal/ humano, sentimiento/ razón, materia/ espíritu, cuerpo/ alma ha mostrado el funcionamiento de una jerarquización que desvaloriza a las mujeres, a la naturaleza, a los animales no humanos, a los sentimientos y a lo corporal, legitimando la dominación del varón, autoidentificado con la razón y la cultura. El dominio tecnológico del mundo sería un último avatar de este pensamiento antropocéntrico (que sólo otorga valor a lo humano) y androcéntrico (que tiene por paradigma de lo humano a lo masculino tal como se ha construido social e históricamente por exclusión de las mujeres). La negación y el desprecio de los valores del cuidado, relegados a la esfera feminizada de lo doméstico, ha conducido a la humanidad a una carrera suicida de enfrentamientos bélicos y de destrucción del planeta. Un ecofeminismo no esencialista y decidido a realizar una “ilustración de la Ilustración”, como el que propone Alicia Puleo , hemos de considerarlo imprescindible aliado del ecosocialismo que aquí se propugna.

7. Frente a la idea de un “capitalismo verde”, el ecosocialismo defiende que no tenemos buenas razones para creer en un capitalismo reconciliado con la naturaleza a medio/ largo plazo, aunque en el corto plazo sin duda serían posibles reformas ecologizadoras que permitirían básicamente “comprar tiempo” con estrategias de ecoeficiencia (“hacer más con menos” en lo que a nuestro uso de energía y materiales se refiere) . La razón de fondo de tal incompatibilidad es el carácter expansivo inherente al capitalismo, ese avance espasmódico que combina fases de crecimiento insostenible y períodos de “destrucción creativa” insoportable. Hoy ya estamos más allá de los límites, y por eso suelo decir que “el tema de nuestro tiempo” (o al menos, uno de los dos o tres “temas de nuestro tiempo” prioritarios) es el violento choque de las sociedades industriales contra los límites biofísicos del planeta. (y hoy “sociedades industriales” quiere decir: el tipo concreto de capitalismo financiarizado, globalizado y basado en combustibles fósiles que padecemos). Si se quiere en forma de consigna: marxismo sin productivismo, y ecologismo sin ilusiones acerca de supuestos “capitalismos verdes”.

8. Frente a la quimera del crecimiento perpetuo, economía homeostática. Una economía ecosocialista rechazará los objetivos de expansión constante, de crecimiento perpetuo, que han caracterizado al capitalismo histórico. Será, por consiguiente, una steady state economy: un “socialismo de estado estacionario” o “socialismo homeostático”. La manera más breve de describirlo sería: todo se orienta a buscar lo suficiente en vez de perseguir siempre más. En los mercados capitalistas se produce, vende e invierte con el objetivo de maximizar los beneficios, y la rueda de la acumulación de capital no cesa de girar. En una economía ecosocialista se perseguiría, por el contrario, el equilibrio: habría que pensar en algo así como una economía de subsistencia modernizada, con producción industrial pero sin crecimiento constante de la misma.

9. Frente al individualismo anómico y la competencia que enfrenta a todos contra todos, frente a la cultura “emprendedora” que convierte a cada cual en empresario de sí mismo presto a vender sus capacidades al mejor postor, el ecosocialismo defiende el bien común y los bienes comunes. Esta consigna apunta a priorizar los intereses colectivos (¡no solamente los de los seres humanos, y no solamente los de las generaciones hoy vivas!), y a gestionar las riquezas comunes más allá de las exigencias de rentabilidad del capital. Educación, sanidad, energía, agua, transportes colectivos, telecomunicaciones, crédito –ninguno de estos servicios básicos deberían ofrecerlos empresarios privados en mercados capitalistas. Tendrían que proveerse mediante empresas públicas y cooperativas gestionadas democráticamente.

10. Frente a la fosilización dogmática, ecosocialismo es socialismo revisionista. Pero es que, como decía Manuel Sacristán, “todo pensamiento decente tiene que estar siempre en crisis” . Aquí también es de utilidad la categoría pasoliniana de empirismo heréticoque le gustaba recordar a Paco Fernández Buey. Yendo a lo nuestro: lo esencial del marxismo, como repetían estos grandes maestros, es el vínculo de una idealidad emancipatoria con el mejor conocimiento científico disponible. Cada elemento teórico concreto del pensamiento socialista es revisable en función de lo que hayamos logrado saber recientemente: lo que resulta irrenunciable es la moral igualitaria que aspira a acabar con el patriarcado y con el capitalismo.


Veinte elementos para un programa de transición poscapitalista

En cierto momento de El socialismo puede llegar sólo en bicicleta (Los Libros de la Catarata, Madrid 2012), hacia el final del capítulo 8, me atreví a esbozar lo que podrían ser líneas maestras de un “programa de transición”. Lo completo y actualizo aquí.

1. Reforma ecológica de la Contabilidad Nacional, para disponer de indicadores adecuados que permitan evaluar la economía en su comportamiento biofísico (más allá de la esfera del valor monetario). 
2. Socialización del sistema de crédito. Banca pública fuerte que canalice la inversión necesaria para la transición económico-ecológica.
3. Entre los mecanismos más interesantes para la planificación indirecta no burocrática de la inversión en economías con sectores de mercado importantes se hallan los descuentos y recargos en los tipos de interés. La banca pública presta dinero a las empresas con ciertos descuentos o recargos en el tipo de interés, decididos para cada sector de bienes de consumo en función de criterios sociales y ecológicos.
4. Reforma fiscal ecológica, para “internalizar” una parte de los costes externos que hoy provoca nuestro insostenible modelo de producción y consumo. La figura central sería un fuerte ecoimpuesto sobre los combustibles fósiles. Se haría en el marco de una
5. Distribución más igualitaria de la riqueza y los ingresos. “Nuevo contrato fiscal” que globalmente aumentaría la tributación de las rentas altas y del capital, y pondría más recursos en el sector público (y desde luego eliminaría los paraísos fiscales).
6. Intensa reducción de las disparidades salariales.
7. Reducción del tiempo de trabajo, de manera que se pueda disfrutar de mucho más ocio (entendido no como consumismo en el tiempo libre, sino como actividades autotélicas –aquellas que se buscan por sí mismas, no como medio para otros fines--, que son una de las claves principales de la vida buena)…
8. …y buscando las condiciones para que la reducción del tiempo de trabajo se traduzca en nuevo empleo (ello dista de ser automático). El pleno empleo volvería a ser un objetivo esencial de las políticas económicas. Trabajar menos (solidaridad social) y consumir menos bienes destructores de recursos escasos (solidaridad internacional e intergeneracional) para trabajar todos y todas, y consumir de otra forma.
9. Políticas activas de empleo; formación continuada a lo largo de toda la vida laboral; sistemas renovados de recalificación profesional.
10. “Tercer sector” de utilidad social, semipúblico, para atender a las demandas insatisfechas (por ejemplo las que se refieren a la “crisis del cuidado”).
11. “Segunda nómina” que el Estado abonaría a los asalariados que no trabajasen a jornada completa o lo hicieran por debajo de un salario mínimo decente.
12. Fiscalidad sobre el consumo lujoso, ya sea por medio de impuestos sobre el gasto (tipos impositivos crecientes por encima de cierto nivel de gasto), ya mediante tipos altos de IVA a los bienes de lujo.
13. Estrategia de fomento de los consumos colectivos para mantener un alto nivel de satisfacción de necesidades con mucho menor impacto ambiental.
14. Provisión de bienes y servicios públicos de calidad por parte de un sector de la economía socializado: energía, transporte, comunicaciones, vivienda, sanidad, educación...
15. Infraestructuras para la sustentabilidad: energías renovables, transporte colectivo, ciudades y pueblos sostenibles...
16. Fuertes restricciones a la publicidad comercial. Para empezar, una reforma impositiva: no permitir a las compañías declarar la publicidad como gastos de empresa desgravables.
17. Reducción de la escala física de la economía hasta los límites de sustentabilidad. Economía “de estado estacionario” en ese sentido (no necesariamente en cuanto a la “creación de valor”). Yo prefiero la expresión economía homeostática, una economía dinámica que deja de expandirse materialmente (y estabiliza su “flujo metabólico” de materiales y energía en niveles de sustentabilidad).
18. Aplicación del principio de biomímesis (reconstruir los sistemas humanos imitando algunos rasgos importantes de los sistemas naturales, de forma que los primeros sean más compatibles con los segundos), generalizando estrategias que ya han dado sus frutos en algunos sectores y disciplinas (agroecología, química verde, ecología industrial, etc.)
19. Estrategia de ecoeficiencia.
20. Desglobalizar y relocalizar lo esencial de la producción.

sábado, 19 de janeiro de 2013

Energia 100% renovável o 99.9% do tempo





Nom hai muito publicava-se neste blogue uma postagem com o título de “Energia 100% renovável? A utopia cada vez mais perto” (ligaçom). Falava-se ali da capacidade da energia solar fotovoltaica de cubrir em momentos puntuais uma boa parte do consumo energético de Alemanha, e tomava-se esse dado como um indicador otimista cara um futuro integramente renovável. Ora, é sabido que a geraçom de energia em base a fontes renováveis apresenta vários problemas, como o elevado custo econômico ou a irregularidade da geraçom, ao depender das variações na força do vento ou da intensidade da radiaçom solar.

Mas agora, um trabalho publicado no Journal of Power Sources mostra que estas dificuldades som, em realidade, superáveis.

O estudo, disponhível em acceso aberto nesta ligaçom, simulou 28.000.000.000 combinações possíveis de geraçom e armazenamento de energia para uma rede elétrica “regional” estadounidense, que abarca vários estados (ver foto), e para um horizonte temporal de 4 anos. As soluções ótimas—em termos de balanço de custos e fiabilidade do suministro elétrico—conseguiriam, segundo estes cálculos, fornecer durante até o 99.9% do tempo a totalidade da energia elétrica consumida. E, o que nom é menos importante, conseguiria-o a um custo comparável ao atual.

A soluçom proposta combina a geraçom de energia eólica e solar fotovoltaica e o armazenamento electroquímico. Mediante a geraçom de diferentes tipos de energia em diferentes sítios evitaria os problemas de intermitência que apresenta um único gerador localizado num único sítio. Isso si, este escenário, calculado para o ano 2030, incluiria uma importante geraçom de energia eólica marinha, que a dia de hoje está ainda por instalar. Por exemplo, uma possível combinaçom seria 17 GW de energia solar, 68 GW de eólica marinha e 115 GW de eólica tradicional.

Na minha opiniom, estudos como este som tanto uma boa notícia como um toque de atençom; uma chamada à reflexom sossegada e ao debate. Cada vez está mais claro que as energias renováveis nom som um simple complemento nem uma soluçom utópica, senom uma alternativa integral viável que soporta análises rigorosas*. Ao mesmo tempo, temos que ser conscientes de que esta opçom acarreta um impacto: precisa um considerável incremento da capacidade de geraçom, o que implica granjas solares e mais parques eólicos, tanto na terra como no mar. Algo do que nom sempre gostaremos, mas que seguramente seja o mal menor.   

(* O Journal of Power Sources é provavelmente a publicaçom acadêmica de mais prestígio na área electroquímica. )

domingo, 13 de janeiro de 2013

Nom é preciso ser nacionalista para estar a prol da independência



Patrick Harvie, do partido verde escocês, explica que hai muitos motivos para estar a prol da independência mesmo se um nom é nacionalista. Texto originalmente publicado na web YesScotland

No verão de 2012 escrevim que estava desejando votar “Si” a uma Escócia independente em 2014, mas que a razom para fazê-lo nom era o "nacionalismo". Tem sido uma pulha habitual daqueles que fam campanha contra a independência escocesa o dizer que qualquera que pretenda votar Si é um "nacionalista". Isso simplesmente nom é verdade.

A identidade nacional nom é o cerne da minha política. Em realidade, nom é em absoluto relevante para a minha política. Pode-se chegar a uma visom a favor da independência sem estar motivado polo nacionalismo escocês, do mesmo jeito que se pode chegar a uma visom a favor de permanecer no Reino Unido sem estar impulsionado polas políticas identitárias de "britanicidade".

Eu vou votar Si com a convicçom de que a transformaçom que precisam a nossa sociedade e a nossa economia - uma transformaçom que eu acredito que a política verde representa - pode ser alcançada mais facilmente por Escócia se é um pequeno país independente.

Nom todos os Verdes pensam assi. O Partido Verde Escocês tem debatido a independência de vez em quando nas nossas conferências de partido e rematamos com uma maioria favorável de dous-para-um aproximadamente. Mas depois nunca o discutimos! Aos Verdes une-nos como partido uma agenda diferente – a qual pode ser levada a cabo numa Escócia parte do Reino Unido, ou como país independente. É só que a maioria de nós acha que a independência seria uma ajuda.

Desde sempre os Verdes estivemos comprometidos com a descentralizaçom. Para que a democracia seja forte é importante que as persoas se sintam conectadas com as decisões que os afetam, e isto consegue-se melhor mediante a participaçom ativa nas decisões locais. Ao contrário de muitos dos pequenos países independentes do norte de Europa com os que Escócia é frequentemente comparada, temos um nível mui baixo de participaçom na tomada de decisões e uma forma mui centralizada de governo. Isso poderia ter mudado com a devoluçom, mas em vez disso temos visto como ainda mais poder é sugado do nível local e levado para a casa de St Andrew’s [sede do governo escocês]. Assi que nós os Verdes vemos a independência nom simplesmente como o abandono do Reino Unido: trata-se de reconhecer que o poder político começa a nível local e só deve ser transferido cara arriba quando haja uma poderosa razom para fazê-lo.

Os Verdes queremos descentralizar o poder, mas isso significa tanto poder econômico como poder político. Se o nosso governo parece centralizado, nom é nada comparado com a nossa economia. Em muitas áreas da vida um punhado de mega-corporações dominam os mercados e deixam-nos dependentes dos seus caprichos. A energia, os serviços financeiros e o comércio som talvez os exemplos mais óbvios. Descentralizar a economia e concentrar-se no desenvolvimento de sistemas que atendam mais a miúdo as necessidades locais com recursos locais faria as nossas economias locais mais resistentes, ao tempo que reduziria a demanda de transporte e as emissões climáticas.

Em muitas questões, os Verdes temos posturas diferentes às de outros partidos do movimento pró-independência. Nunca seremos um partido que se queira posicionar como um amigo da indústria do petróleo, por exemplo. Mas a política pro-combustíveis fósseis tem vindo de governo trás governo ao nível do Reino Unido, nom só dos governos recentes da Escócia - incentivos fiscais para empresas de petróleo, permissões para a expansom a céu aberto e apoio político para o desenvolvimento de novas fontes de combustíveis fósseis "nom convencionais", tais como a perforaçom de petróleo em augas profundas, o metano de leito de carvom e o fracking de gás de xisto. Os Verdes escoceses somos o único partido político que desafia continuamente essas políticas. Desafiariamo-las igual se foram exercidas em Londres ou em Edimburgo.

Entom, mudaria algo a independência? Seria capaz uma Escócia independente, tam dependente da indústria do petróleo, de uma abordagem verdadeiramente Verde a estes recursos? Nom vou pretender que seria fácil ganhar o argumento para uma abordagem diferente. Mas já o estamos perdendo agora, e nom vejo nenguma perspectiva de que o Reino Unido vaia ser persuadido a fazer o que precisa ser feito.

Diz-se que quando um homem sabe que vai ser enforcado numa quinzena, concentra a sua mente maravilhosamente. Assumir a responsabilidade sobre o setor de petróleo e gás e enfrentar a sua iminente sentença de morte concentraria as mentes políticas da Escócia mais que qualquer outra cousa que poida imaginar. Nesta, ao igual que noutras áreas políticas, acredito que a Escócia poderia ser um dos países que mostrassem a liderança que é necessária neste momento da história humana.

Ademais de deixar sem queimar os combustíveis fósseis, poderíamos ser pioneiros em novas abordagens para a economia, substituindo a obsoleta e enganosa estatística do PIB por indicadores que mostrem a saúde e bem-estar da nossa populaçom, a força das nossas comunidades, o reparto da nossa riqueza e os limites ecológicos nos que vivemos.

Em vez de insuflar bilhões ao exército poderíamos encarar a defensa de diferente forma e perguntarmo-nos... num mundo onde as verdadeiras ameaças à segurança humana tenhem mais a ver com comida, auga, energia e clima do que tenhem a ver com as fronteiras, quem deve ser defendido e de quê?

Poderíamos questionar o extremismo do livre mercado das últimas décadas e encontrar formas de garantir que toda a economia, incluindo as persoas e empresas mais ricas, sejam responsáveis ​​e devam contribuir para o bem comum.

Sempre hai quem vê a política Verde simplesmente como uma lista de políticas ambientais. Depois estám os que vêem que a política Verde aporta uma nova análise para os desafios meio-ambientais, econômicos e sociais que a humanidade está enfrentando, e que apreciam a escala da transformaçom necessária para que os seres vivam de forma sustentável. Até onde eu entendo, as bandeiras nom tenhem nada a ver com essa agenda.

Mas assumir a responsabilidade polas escolhas que fazemos, pola economia que praticamos e pola sociedade que construímos está no cerne da política verde. É por isso que eu vou votar Si em 2014. Nom por bandeiras, nem por patriotismo, nem por políticas de identidade nacional, senom para assumir a responsabilidade dos desafios do século 21.

- Patrick Harvie, membro do Parlamento Escocês, é co-organizador do Partido Verde Escocês (Scottish Green Party) e membro do conselho consultivo de Si a Escócia (Yes Scotland).

quarta-feira, 26 de dezembro de 2012

Xoán Carlos Carreira - A agricultura invisível



Nom é a primeira vez que este blogue se fai eco dum artigo do professor XC Carreira. Como sempre, a sua voz crítica oferece-nos umha visom da realidade agrária galega diferente à percepçom maioritária. Este texto foi publicado originalmente em Praza e é de leitura imprescindível para qualquera que se interesse remotamente pola questom. 

A mediados dos anos setenta do pasado século, a palabra de orde nas mobilizacións agrarias era “nos non somos empresarios, fora a cota empresarial”, unha reivindicación da condición de labrego (ou campesiño). Hoxe, un terzo de século mais tarde, parece que xa non existen os labregos/as, preferimos chamalos/as (e chamarse a si mesmos/as): gandeiros/as, viticultores/as,...

Evitamos falar da pequena explotación labrega familiar e minifundista. Só temos en consideración ás explotacións profesionais porque aquela, centro dos ataques de quen a vía como exemplo do noso atraso, foi arrombada e pouco a pouco fíxose invisíbel. Mais aínda existe. A miña intención neste artigo é contribuír a facer visíbel esta outra agricultura, a das labregas e labregos resilientes, que semellan non existir aos ollos da maioría. Tento contribuír a demostrar a importancia tanto do seu papel social como da súa produción agraria desprezada pola a maioría dos/as economistas pero fundamental para alimentar á poboación galega. Non pretendo facelo en contraposición ás explotacións profesionais (os/as gandeiros/as sobre todo) nin esquezo a súa importancia, pero estas si son visíbeis… e seria necesario outro artigo para analizar a situación na que se atopan e un modelo produtivo con evidentes síntomas de esgotamento.

Como indica o profesor Oliveira Baptista, a pequena explotación familiar é moi versátil. As persoas que traballan nelas fano por motivos moi diversos. Para unhas pode ser fundamental o rendemento económico que poidan obter da explotación mais para outras pode selo o feito de que lle proporcionan vivenda e alimento. Pero ademais hai moitas outras razóns para estar interesado/a neste tipo de explotación agraria: identidade persoal, posibilidade de vivir nun medio que se coñece e/ou que gusta, expectativa de herdanza, etc.

En Galiza a produción agraria depende, en grande medida, destas pequenas explotacións familiares, de labregos/as que son considerados/as marxinais ou ben que non son “profesionais” nin aparecen nas estatísticas como activos/as agrarios. Unha análise moi sinxela indícanos que a practica totalidade das persoas que se dedican á agricultura viven en parroquias con menos de 2000 habitantes (con núcleos de menos de 300). Pero nestas mesmas parroquias viven preto do sesenta por cento dos/as xubilados/as e dos/as traballadores da construción de Galiza, case a metade dos/as da industria e das persoas que se dedican á pesca e a terceira parte dos/as empregados/as do sector servizos. Como consecuencia, nos núcleos rurais, as persoas que oficialmente traballan na agricultura representan pouco máis da quinta parte.

Podiamos dicir pois que a inmensa maioría das persoas que traballan no sector agrario viven nos núcleos rurais , pero que a maioría das persoas que viven nos núcleos rurais non se dedican “oficialmente” á actividade agraria. Sen embargo non son alleas á mesma. Desde o noso punto de vista, aínda que estea localizada no medio rural, a agricultura practicada por estas persoas, se a entendemos en sentido amplo, ten unhas características especificas que nos permiten cualificala como o que hoxe en dia se denomina agricultura periurbana (e/ou urbana), unha agricultura aínda descoñecida tanto a nivel local como global, a pesares de que é un sector en rápido crecemento que, segundo a FAO, proporciona alimentos aproximadamente á cuarta parte da poboación urbana mundial (700-800 millóns de persoas). Da súa importancia en Galiza pode dar idea o feito de que, segundo as nosas estimacións, os/as labregos/as a tempo parcial, achegan aproximadamente a metade da unidades de traballo agrario (UTAs) a pesares de que semellan non existir nin para as políticas nin para a opinión pública.

Unha parte importante da produción das labregas e labregos das pequenas explotacións, uns marxinais outras invisíbeis, ten como destino o consumo propio (da familia e parentes) ou a venta en mercados locais. Este tipo de produción en grande medida non se incorpora á estrutura comercial hoxe dominante. Por esta razón, desde o punto de vista económico, ou ben simplemente non se valora ou ben non se fai axeitadamente. Sen embargo outra sinxela análise das características e destino deste tipo de produción, permítenos afirmar que é unha produción diversificada que se destina a alimentar aos galegos/as, en contraposición coas características da produción das medianas e grandes explotacións profesionais, nas que habitualmente centramos a nosa atención, que se pode definir como de monocultivo gandeiro ( fundamentalmente leite) con destino á exportación.

O balance agroalimentario de Galiza é negativo. Este dato incuestionábel pódese complementar, segundo as nosas estimacións, con outro: a agricultura profesional cobre pouco mais da terceira parte do noso consumo de produtos agrícolas. Sen embargo, si comparamos os datos da produción das arredor de 20.000 Has de hortas familiares (para consumo propio e local) e o consumo medio por habitante, podemos concluír que esta produción ( que non contribúe ao PIB ) está satisfacendo as necesidades de centos de milleiros de persoas. Por exemplo a produción de hortalizas para autoconsumo en Galiza esta entre 100-135 mil toneladas (Xunta de Galiza) e o consumo per cápita entre 50-70 Kg (Ministerio Agricultura). Así pois esa produción agraria non contabilizada que non chega as grandes areas comerciais nin a maioría das tendas podería estar alimentando como mínimo a un millón e medio de persoas ( mesmo considero que as estimacións son conservadoras). É dicir, non só á xente que vive no medio rural senón tamén a unha parte substancial da poboación vilega e urbana, evitando, deste xeito, que a situación da Galiza deste o punto de vista da soberanía e/ou a suficiencia alimentaria chegue a ser catastrófica.

Se alguén se está preguntando como é posible isto, teño que lembrarlle que, aínda que a relación entre o tamaño das explotacións agrarias e a produtividade é un vello  debate, hoxe en dia a maioría dos datos evidencian que as explotacións máis pequenas producen moito máis por unidade de área que as grandes explotacións. A maior eficiencia da produción agrícola a pequena escala pódese considerar xeral en todo o mundo e as nosas estimacións indican queen Galiza tamén se confirma a existencia dunha relación inversa entre tamaño da explotación e rendemento económico por Ha.

Algúns autores apuntan que, en todo caso, as grandes explotacións son mais eficientes por unidade de traballo (para eles o mais importante) aínda que non o sexan por unidade de superficie. Pola nosa banda non atopamos unha correlación significativamente positiva entre tamaño da explotación e rendemento económico por unidade de traballo para o caso galego, pero isto é o de menos, porque, desde o noso punto de vista o obxectivo a conseguir non debería ser tanto a maximización do beneficio individual das explotacións concentrando o traballo a renda nunhas poucas delas, senón mais ben o maior numero de postos de traballo (e de explotacións) posíbel cun nivel de renda digno.

Seguramente que hai moitas persoas ás que lles pode sorprender que falemos da eficiencia económica das pequenas explotacións familiares que sempre foron consideradas atrasadas. Sen embargo compre lembrar que xa son varias as investigacións que cuestionan este mito demostrando que historicamente a agricultura galega non se pode cualificar como atrasada, nin moito menos. Como se ten descrito, tradicionalmente o noso sistema minifundista pretendía, desde o punto de vista produtivo, optimizar os rendementos dos cultivos tendo en conta a variabilidade do ecosistema, establecendo estratexias para usar os insumos necesarios na cantidade requirida, no sitio adecuado e no momento oportuno. Curiosamente esta é a definición, mais ou menos textual,  para a chamada “agricultura de precisión”, a mais moderna das agriculturas convencionais, que, na súa forma actual, apareceu en Estados Unidos nos anos oitenta.  Xa que logo. Non era o minifundio en Galiza unha agricultura de precisión e afortunadamente aínda o é en certa medida?

Mais a importancia das pequenas explotacións labregas familiares non se pode reducir á economía xa que cumpren outras funcións de grande transcendencia para a sociedade. As pequenas explotacións labregas familiares acollen como mínimo oito de cada dez persoas que traballan na agricultura e achegan a metade das unidades de traballo. Podemos estimar que xestionan entre un 65% e 80% da SAU e mesmo entre un 15 % e un 20% da superficie de monte, incluída a forestal (as explotacións agrarias profesionais por exemplo a penas xestionan o 2% do monte). As pequenas explotacións labregas familiares son pois indispensábeis para ocupar e xestionar o territorio con todo o que isto supón. Pero ademais prestan importantes servizos ambientais e sociais (conservación da biodiversidade, do patrimonio material e inmaterial, etc.). En resumidas contas teñen enormes vantaxes comparativas para encaixar nos novos paradigmas mundiais que conciben a agricultura do século XXI como unha actividade que non só debe producir alimentos, fibras e materia prima para a industria, senón tamén servizos á sociedade.

Concluíndo pois, non só hai gandeiros/as en Galiza. A pesares de todo tamén hai labregos/as que resistiron baixos diversas formas. Esta agricultura invisíbel e desprezada non só segue a ser unha dos nosos sinais de identidade senón que, hoxe en dia,  ten unha grande importancia económica e social pero, sobre todo, podería ter mais no futuro desde a perspectiva dos novos paradigmas agrarios que se abren paso a nivel mundial... si lle prestaramos un pouco de atención.

terça-feira, 27 de novembro de 2012

Luís Ledo: o discurso da ciência fronte ao discurso dos valores



A verdade é que tenho este blogue mui abandonado. As razões deste desleixo som várias, e umha delas é que o labor de copy-paste de textos que me parecem de interesse, que era um dos objectivos para os que comecei com isto, já o estám a fazer outras webs como À revolta entre a mocidade, com muito acerto e mais freqüência do que adoitava fazer eu. E para escrever textos próprios sempre tivem pouca graça e menos vontade, com o qual, pouco resta por aportar. Mas quando atopo, como é o caso de hoje, um texto que se corresponde tam magnificamente com a idéia que tinha quando comecei este blogue, e que mantenho, nom podo menos que reproduzi-lo. É da autoria de Luís Ledo, quem tem por costume publicar uns artigos espléndidos em Praza. Ei-lo:

Adoitase dicir que a cidadanía fica moi arredada da política; en parte isto é consecuencia da linguaxe artificial, pomposa e baleira que utilizan desde a política, pero existe unha razón máis profunda:a xente está acostumada na súa vida diaria (na súa profesión, na súa saúde, na educación da súa descendencia, etc.) a razoamentos baseados en argumentos científicos, propios do século XXI, e a política segue a utilizar principios ideolóxicos, máis propios do século XIX.

A ideoloxía pode entenderse de dúas formas diferentes: ben como sistema de ideas (cousa inevitable en calquera discurso) ben como conxunto de principios políticos, valores morais e crenzas de calquera outro tipo. Isto último constitúe un estancamento que non deixa avanzar cara a argumentacións racionais, senón que nos mantén en posicións dogmáticas dado que terminamos construíndo teorías sobre a sociedade tan abstractas que non son falsables empiricamente.

Para a esquerda, manter un discurso ideolóxico neste sentido constitúe un erro porque se pon á mesma altura que a dereita: fronte ó principio político de esquerdas da igualdade, a dereita pode esgrimir o da liberdade coa mesma lexitimidade; fronte ó valor progresista da solidariedade redistributiva, as persoas neoliberais poden defender o do esforzo persoal como única fonte de dereito á riqueza; fronte as crenzas humanistas da esquerda, que levan a querer aumentar os dereitos, as persoas conservadoras poden esgrimir as súas crenzas relixiosas para impoñer como ten que vivir a xente na súa vida privada. Manter un discurso ideolóxico fronte á dereita significa xogar ó empate cando poderíamos goleala se recorrésemos exclusivamente a unha argumentación baseada nas ciencias naturais, sociais e humanas, nas que fai auga por tódolos sitios o discurso neoliberal.

Un claro exemplo deste cambio de paradigma podémolo encontrar no ecoloxismo. O ecoloxismo non representa a novidade duns principios ideolóxicos distintos, duns valores morais diferentes ou de calquera outra crenza nova, senón a aplicación das teorías que saen das ciencias. Que esteamos a sufrir un cambio dramático no clima non é consecuencia dunha percepción política determinada senón que é un feito científico; que os animais sofren como nós e que hai que telo en conta no trato que teñamos con eles non se deriva dunha moral animalista particular senón que é o que di a ciencia; que o produtivismo contaminante non leva ó benestar da xente senón á súa escravización consumista non é unha afirmación resultado dunhas crenzas naturistas senón unha constatación física e económica de que o actual sistema non funciona e só leva á destrución da natureza. Esta forma de argumentación científica é a que debemos estender ó resto do noso discurso político para non poñernos á altura da dereita, que só recorre á ideoloxía para esconder o seus privilexios escamoteándoos tras grandes principios teóricos baleiros.

Este rexeitamento da ideoloxía non debería ser algo estraño para a esquerda posto que xa está presente en Marx cando a categoriza como superestrutura coa función de servir ós intereses ocultos da economía. Isto quere dicir que a ideoloxía das clases dominantes non é máis que unha mentira construída para defender os seus privilexios, sen que sexa necesario que teña demasiada conexión coa realidade. Por coherencia, o obxectivo da esquerda non debería consistir en construír unha ideoloxía ó servizo da clase traballadora en contraposición á ideoloxía empresarial dominante, senón en rachar con calquera ideoloxía para construír un "socialismo científico" como teoría verdadeira da realidade social e económica.

Defender unha argumentación política baseada nos feitos científicos pode xerar certas suspicacias no sentido de que o neoliberalismo adoita xustificar o que fai desde un discurso tecnocrático que non deixa lugar para alternativas, senón que presenta como única viable a vía que, casualmente, é a que favorece os seus privilexios ilexítimos. Pero que a dereita recorra a un discurso tecnocrático para defender posicións ideolóxicas non é senón a constatación de que a argumentación que é mellor recibida pola xente é a científica; e a esquerda non pode renunciar a ela: renunciar á ciencia porque a dereita a manipula no seu discurso tecnocrático sería o mesmo que renuncia á linguaxe porque a xente neoliberal mente a cotío en cada palabra que solta.

Cando a Igrexa Católica protestou estes días pasados contra a decisión do Tribunal Constitucional de aprobar o matrimonio homosexual, non o fixo apelando ás súas crenzas relixiosas ou ós principios morais da súa fe, senón que o seu ataque baseouse en que o matrimonio homosexual ía contra as leis naturais, biolóxicas e antropolóxicas. Se ata o dogmatismo relixioso recorre a un discurso científico para apoiar a súas posicións irracionais porque é o tipo de discurso que se espera socialmente, non cabe máis alternativa para a esquerda que elaborar o seu centrándoo nos feitos da ciencia.

A dereita nin sequera tería que defender outros principios fronte ós da esquerda, senón que podería argumentar que, como propósitos benintencionados, os acepta, pero que na práctica non funcionan. Podería aceptar que os desafiuzados deberían conservar a súa casa, pero que iso produciría un mal maior, consistente na quebra do sector bancario, o que nos arrastraría a todos. Isto é o que hai que contraargumentar e non perderse en discusións escolásticas sobre principios e valores, porque a xente non quere declaracións de boas intencións senón solucións técnivas viables; o primeiro pertence ó reino do ideolóxico; o segundo, ó da ciencia.

As persoas conservadoras poden incluso acusar á esquerda de falta de madurez por negarse a aceptar a realidade, mentres elas toman o touro polos cornos e fan o que hai que facer, por moi duro que lles resulte. Igual que na cirurxía, onde as veces hai que amputar un membro para salvar o resto do corpo, en economía dinnos que tamén hai que aceptar deixar na cuneta a algunhas persoas para que aumente o benestar xeral. Isto calla na cidadanía que percibe á esquerda como xente con boa intención, pero ve á dereita como única capaz de empregar medios eficaces, aínda que duros, para resolver unha crise.

A xustificación dos nosos valores éticos e a defensa dos nosos principios ideolóxicos están moi ben para discusións filosóficas; pero deberían erradicarse do debate político, no que a esquerda dispón de feitos científicos e de teorías corroboradas abondo para derrotar argumentativamente á dereita. Non decatarse disto supón ofrecer táboas de inicio na partida de xadrez que nos enfronta permanentemente a ela. Cremos que os nosos principios políticos, os nosos valores éticos e as nosas crenzas humanistas son a nosa mellor arma contra o discurso insolidario neoliberal cando, en realidade, constitúen unha trampa que nos desvía do que debería ser o centro do noso discurso: alternativas técnicas reais baseadas en feitos científicos, en lugar de declaracións de principios ideolóxicos, máis propios doutros séculos.

segunda-feira, 1 de outubro de 2012

Medo a Quinteiro




Setembro de 2012. O nome do redondelão Miguel Ánxel Quinteiro fai-se conhecido a raiz da sua detençom e maltrato a mãos dos antidistúrbios nas protestas do 25-S fronte o congresso espanhol. Disque a protesta pacífica deste home provocou que os agentes se sentissem ameaçados, vendo-se obrigados a empregar-se com contundência com el. A alguns parecerá-lhes raro que uns aguerridos policias, protegidos e armados até os dentes, tenham medo dum jubilado de 72 anos. Mas, como mostra o seguinte documento, Quinteiro leva toda a vida a meter medo ao poder, adopte este a forma de policia, caixa de aforros ou meios de comunicaçom. Recuperado polo compaheiro de Anova-Irmandade Nacionalista Xurxo Martínez González, este artigo assinado por Xosé Luís Méndez Ferrín fora publicado em Setembro de 1987 no Adiante (periódico do sindicato CXTG) com o título "Medo a Quinteiro":


segunda-feira, 27 de agosto de 2012

Ciclismo si, mas nom assi




Seguindo com o tema ciclista, eis um texto redigido por um companheiro de Anova com ocasiom do passo da Vuelta por estes lares...

A Deputación de Pontevedra e a Xunta de Galiza, gobernadas polo PP, veñen de caer una vez máis no descaro a conto do uso que fan dos nosos cartos: mentres pregoan a voz en grito que non hai cartos nas arcas públicas para custear servizos básicos e imprescindíbeis como a sanidade, o ensino e as axudas sociais a desempregados, a Deputación de Pontevedra adícase a pagar con cartos públicos a unha empresa privada (Unipublic) para que traia a “Vuelta España” ao país sen que lle trema o pulso ao despilfarrar unha grande masa de diñeiro –algúns medios falan de 150.000 euros- que podería empregarse en auxiliar a traballadores e traballadoras sen ningún ingreso.

Nin Xunta nin Deputación poden escusarse nun suposto apoio ao ciclismo para xustificar estes gastos pois unha das primeiras medidas que Feijóo tomou en materia deportiva foi eliminar o equipo ciclista “Xacobeo Galicia” que pretendía ser unha plataforma de promoción dos ciclistas  galegos como fai o Euskaltel Euskadi cos ciclistas vascos aos que leva polas grandes carreiras onde logran abundantes éxitos.  Da man do “Xacobeo Galicia” moitos ciclistas galegos puideron estar presentes en competicións internacionais como o Tour de Francia ou o Giro d´Italia e o ciclismo comezou a ter certa relevancia social en Galiza aumentando así o número de seguidores deste deporte. O motivo polo que se pechou este equipo segundo a Xunta foi a súa tan cacarexada austeridade, mais cómpre salientar que  as 5 etapas da “Vuelta España” no país teñen un custo moi superior ao que tiña o mantemento do equipo galego. Unha aposta real pola difusión do ciclismo en Galiza pasa polo apoio diario aos usuarios das bicicletas nas vilas e cidades nas que deberan crearse espazos como os carrís bici para que estas persoas poidan moverse con tranquilidade sen arriscarse a seren atropelados por automóbiles. Unha aposta eficaz polo ciclismo pasa porque a Xunta fomente unha Volta Ciclista a Galiza na que os equipos de base galegos poidan ter unha oportunidade para promocionarse e conseguir así un maior número de socios interesados na práctica deste deporte. Unha aposta clara por parte dos concellos polo ciclismo pasaría tamén pola creación de carreiras populares e profesionais nas vilas e cidades durante as súas festas, para popularizar así este deporte. Iniciativas todas elas moito máis efectivas e menos custosas que a “Vuelta”. 

Cabe salientar tamén o especial empeño que pon a Deputación en colaborar en eventos deportivos nos que só se dá a presenza de deportistas masculinos (“Vuelta España”, partido da selección española masculina de fútbol en Pontevedra, etc. ) deixando de lado así ás mulleres deportistas que polo feito de seren mulleres sofren a indiferenza dos medios e por elo da poboación en xeral.

As bicicletas non son só para o verán: teñen que estar día a día entre nós, deixemos de lado os medios de transporte contaminantes e pasemos a pedalear por un futuro limpo, verde e natural nas nosas vilas e cidades!

quarta-feira, 15 de agosto de 2012

As origens revolucionárias do ciclismo




(vídeo: "My White Bicycle", Tomorrow, 1967)

Num espléndido artigo publicado em El Pais, Carlos Arribas repassava histórias do ciclismo nos seus começos, hai mais de cem anos. Histórias curiosas, que dumha ou outra forma relacionam a bici (que daquela era, antes que um deporte, um simples meio de transporte para as classes populares) com atividades subversivas. Anedotas como a proibiçom de ir em bicicleta para dificultar assi o reparto de propaganda revolucionária, ou a proibiçom de circular em pelotom no Reino Unido para nom perturbar aos aristocratas nos seus passeios pola campinha. A seguir, o texto original:

***


Cuentan las crónicas de la historia de Italia que para sofocar las revueltas de finales del siglo XIX en las grandes ciudades, una de las primeras medidas de los generales fue prohibir a los ciudadanos montar en bicicleta, considerada un arma de la revolución por la libertad que daba a quienes las usaban para ir de un lugar a otro repartiendo propaganda, propagando soflamas. Esta consideración de la bicicleta como vehículo de la libertad, aunque sin tanto componente revolucionario, se reprodujo en todos los países de la Europa industrializada del cambio de siglo. En el Reino Unido, el país que más bicicletas fabricaba, fue, curiosamente la persecución de los ciclistas lo que condujo a la invención de las carreras contrarreloj en 1895 por un tal Frederik Thomas Bidlake, un personaje al que Brad Wiggins debería rendir homenaje. 

Fue la propia federación británica de ciclismo, la NCU, la que, temiendo que la monarquía prohibiera cualquier forma de práctica deportiva ciclista, impidió que en el Reino Unido se disputaran competiciones en pelotón. Mientras en Francia y en Bélgica las clases populares conquistaban los caminos y las pocas carreteras y daban nacimiento a pruebas legendarias que aún se celebran, como la París-Roubaix y la Lieja-Bastogne-Lieja, en el Reino Unido el campo y los caminos y carreteras que comunicaban los pueblos y mansiones tenían dueño, nobles y terratenientes que veían espantados cómo sus domingos tranquilos de misa y paseo entre setos y alamedas se veían alterados por hordas de obreros que descendían de Londres y otras ciudades industriales para disputar gloriosas orgías llamadas carreras ciclistas.

La policía, al servicio del poder, intervino varias veces para dispersar e impedir las carreras hasta que se dictó la prohibición. En octubre de 1895, un grupo de irredentos se organizó alrededor de Bidlake y fundaron el Road Time Trial Council, que funcionó como una sociedad secreta hasta bien entrados los años 50 del pasado siglo y que se dedicó a organizar carreras clandestinas contrarreloj. Sus afiliados se citaban al alba en carretera con poco tráfico y, vestidos de negro de la cabeza a los pies para no llamar la atención, disputaban carreras tomando la salida individualmente con un minuto de intervalo en tramos fijados y en los que contaban con cronometradores apostados. Partían sin número en el jersey y al llegar al punto de control gritaban el suyo para que tomaran nota. Las únicas carreras en grupo que se permitían se disputaban en aeródromos o en circuitos automovilísticos cerrados al tráfico, como el de Donington Park.

Así, en los Juegos de 1908, los primeros celebrados en Londres, la competición ciclista se celebró íntegramente en el velódromo trazado al borde las gradas del estadio de White City, por fuera de la pista de atletismo, tan largo (dos vueltas y media hacían una milla) que hasta fue posible disputar allí la prueba de 100 kilómetros. La final la corrió un pelotón de 17 y se impuso el británico CH Bratlett en 2h 43m 15s. Tercero fue Octave Lapize, el francés que dos años más tarde, en 1910, ganaría el Tour. En los Juegos de 1948 sí que hubo carrera de fondo en carretera disputada sobre 200 kilómetros, gracias al real permiso de su majestad, en el parque del castillo de Windsor en un circuito de unos 12 kilómetros. No hubo disturbios y ganó el francés Beyaert.

Mientras Wiggins, el olímpico británico con más medallas, entre pista y carretera, y todos los pistards y cronomen británicos pueden dar las gracias al miedo al carácter revolucionario del pelotón como raíces de las que se nutrió su talento, también sus antecesores pueden condenarlo como culpables del poco peso británico en las grandes carreras ciclistas. Mientras Francia, Italia, España creaban grandes pruebas por etapas, en el Reino Unido los corredores se veían confinados en los velódromos, como el histórico de Herne Hill que se construyó en el siglo XIX y aún funciona —allí dio sus primeras pedaladas Wiggins— después de acoger los Juegos del 48. Tuvo que ser el espíritu aventurero de Robinson en los años 50, el primer británico que ganó una etapa en el Tour, y de Simpson en los 60, el que prendiera la chispa que generó 50 años más tarde el incendio británico del Tour de 2012.

terça-feira, 3 de julho de 2012

Carta de despedida de Ramom Muntxaraz




Castelhano de origem e psiquiatra de profissom, Ramom Muntxaraz chegou à Galiza em 1980 para trabalhar no hospital de Conjo. Ali afiliou-se à ING, começando umha militância no marxismo independentista que o levaria polo vieiro UPG-PCLN-FPG-APU-JUGA para rematar em Causa Galiza. Morreu em 2008, deixando esta fermosa carta de despedida.

[Intro de GalizaLivre]: Hoje cumprem-se quatro anos da morte de Ramom Muntxaraz, o histórico militante independentista chegado de terras espanholas que se tornou galego de naçom e de coraçom. Muntxa, médico psiquiatra comprometido e coerente, ativista incansável na luita política e sindical, solidário incansável com os combatentes presos de todas as épocas, deixou-nos há quatro anos depois de brigar com umha doença fatal. Tempo depois do seu enterro foi encontrada entre os seus papéis esta carta, endereçada ao povo galego, em que se despide da sua Terra e a sua gente, e que foi transmitida ao Galizalivre e a outros meios de comunicaçom populares. Aproveitamos a data do seu aniversário para rendir-lhe esta homenagem e para contribuirmos à difusom da mensagem com que o Muntxaraz nos quijo deixar.

O dia da minha morte quero que estas verbas cheguem aos vossos coraçons. Levo conmigo infinitamente muitas mais cousas vossas das que vos deixo. Vou-me desta vida com mágoa de nom poder sentir nunca a Saudade da Terra. Vou-me da Terra na que nom nascim pêro na que decidim morrer. Porque a Pátria nom é lugar no que nascemos senom a que eleximos para dar o melhor de nós mesmos até a morte. E eu elegim Galiza. Nom pola incomparável beleza da sua paisagem, nem por nengumha cousa material. Fiquei na Galiza e tomei à Galiza como a minha Pátria polas suas gentes, polo Povo. Polo que agora é também já de forma definitiva “o meu Povo !!. Voume de entre vós com a mágoa de nom vêr à Galiza como um Povo Independente. Pêro, vou-me desta vida esperançado porque estou convencido de que essa Utopia de Liberdade há de chegar e que esse dia todas as nossas luitas, e inclusso as nossas contradicçons, acumuladas durante séculos de geraçons, recuperaram o seu auténtico sentido histórico.

Como bem sabedes, adiquei grande parte da minha vida a tratar de compreender a loucura dos loucos. Pêro poucos sabem que o que sempre foi para mim mais difícil de entender é a cordura dos cordos. A cordura da obediência, da disciplina, da ordem, da auto-opressom, da assimilaçom à civilizaçom colonizadora e alienante.Esse é o problema que levo à sepultura sem resolver, pero que vos animo a continuar estudando. Quando saibamos porquê obedecemos e tememos à autoridade que nos oprime e porquê despreçamos aos irmaos que nos falam de liberdades; quando saibamos porquê os oprimidos odiamo-nos entre nós; quando saibamos porquê renegamos da nossa identidade como Povo e porquê nos alienamos na falsa identidade dos impérios que nos oprimem. Quando saibamos alomenos isto ninguém poderá já nunca jamais oprimirnos, explorar-nos nem colonizar-nos.

Pilara e Maruxa: fuchedes a minha Familia Galega. E formasteis a parte mais íntima e entranável da minha Grande Familia Irmandinha Galega. Vós sodes o melhor que tivem na minha vida íntima. Tí Pilara e tí Maruxa fuchedes as musas galegas da minha vida, que alentarom-me a seguir adiante com os meus Ideais Revolucionários. Lograsteis que eu me sentira como um Galego Comunista e Revolucionário e nom como um colonialista espanhol arrepentido no que tantas vezes temí converter-me. A tí Pilara nunca poderei agradecer-che o que me atura-ches, as esperas desesperadas, a paciência com as minhas elucubraçons e pedanterias. Quero que saibas que os teus longos silêncios forom para mim umha contínua referência do impresoante berro de insubmisso da Ialma Galega. E tí, Maruxinha, a minha Maruxinha, sempre fuches e serás para mim a esperança das novas Geraçons de Homens e Mulheres Galegos e Galegas, que algum dia erguerám a Bandeira da Liberdade do nosso Povo, no trunfo final de todos os Povos Oprimidos do Planeta.  
 
Quero que o dia da minha morte nom seja um dia de mágoa nem de luto para ninguém. Pêro nom quero que seja este um dia como outro qualquera, e que no meu sepélio nom haja máis símbolos que os que representem à nossa Pátria Galega e os da Unidade na Luita da Classe Trabalhadora Galega e do Mundo. Quero que os meus restos mortais fiquem na Terra ou nos Mares da Galiza, por ser esta a única Terra à que amei e na que desejo estar para Sempre com todos Vós, com o Povo Galego.
Deixo-vos a todos e todas quanto tenho: os meus mais profundos sentementos e utopias, a minha solidariedade e internacionalismo comunista, a minha esperança de liberdade e a convicçom na vitória na Luita Final contra a opressom. Agurinha Povo Galego. Agurinha meus Irmaos Revolucionários Galegos e Galegas. Agurinha à minha Maruxa e à minha Pilara. Recebide Todos/as, a minha mão e infinitas Apertas Irmandinhas e Revolucionárias do vosso Irmao Moncho.

Viva Galiza Ceive e Comunista!
Viva a Luita de Libertaçom Nacional Galega e a de todos os Povos Oprimidos do Planeta !
Viva o Internacionalismo Proletário !
Viva a Unidade da Classe Trabalhadora Galega e de todas as Classes Oprimidas do Mundo.
Pátria e Terra !